domingo, 16 de octubre de 2016

Grandes

Retomo mi repaso a lo mejor de la semana a la manera de Espinosa que inicié hace un tiempo, y abandoné no se por qué motivo.

El jueves le dieron el premio Nobel de Literatura a Bob Dylan. El premio ha despertado cierta polémica por el hecho de que no es escritor, sino músico. Pero él es mucho más; es un trovador, un poeta, un cronista. Y al final, lo que hacen ambos, tanto escritores como músicos, es contar historias. Siempre las historias. 



El Nobel a Dylan me llevó a pensar en otro grande: Leonard Cohen, premio Príncipe de Asturias de las Letras hace unos años. El cantautor canadiense me llevó a pensar en poesía. Concretamente, los poemas de Lorca fusionados con sus letras en el gandísimo disco del gran Morente junto con Lagartija Nick: Omega.




Y, finalmente, Cohen me llevó a pensar en una película: El buen ladrón. Una buena historia que recomiendo aunque sólo sea por disfrutar de la interpretación de otro grande, Nick Nolte. En la banda sonora aparecen varios temas de Cohen, y de otro grande de la música que descubrí entonces; Cheb Khaled. Con él me despido. 



El porqué de esta asociación... Quién sabe, misterios del azar. Y mi cabeza, que es muy rara.

lunes, 18 de julio de 2016

Je suis...

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.

Kenia, 152 muertos. Cri cri cri

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.

Pakistán, 70 muertos. Cri cri cri 

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.

Siria, 155 muertos. Cri cri cri

Cuando vinieron a por los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío.

Bagdad, 309 muertos. Cri cri cri

Cuando finalmente vinieron a por mí... 

Bruselas, París, Niza... Je suis...

Nada más que añadir. 

Fuente: Martin Niemöller.

martes, 10 de mayo de 2016

#malditofiestero ha muerto; larga vida a #malditofiestero


He estado a punto de matar a #malditofiestero. Esta vez para siempre. Pero algo (¿alguien?) me ha devuelto la ilusión.
Así que voy a seguir disfrutando de cada minuto de vida que me quede como hasta ahora. Al máximo. Sin mesura. Porque esa es la idea, el espíritu, detrás de #malditofiestero.

No voy a seguir preparando oposiciones. No voy a malgastar mi tiempo en eso. Tampoco es que hasta ahora haya dedicado mucho tiempo a eso. Veo manos a la cabeza, sorpresa, incredulidad, “estás loco”,…
No quiero dedicarme toda la vida a esto. A algo. A alguien. No es miedo al compromiso como muchos dicen. Simplemente, tengo demasiadas inquietudes.

No quiero seguridad económica, ni estabilidad laboral, ni de ningún tipo. No quiero monotonía.
Voy a abrazar la incertidumbre, porque ella ha cuidado de mí hasta ahora. Y, francamente, lo ha hecho muy bien.

jueves, 14 de abril de 2016

Haikus (II)


¿Qué importa la forma?
¿Triunfo o Burbuja?
Tu esencia brilla.


Tranquilízate, keep calm.
¿Qué prisa tienes?
Yo voy a mi ritmo.


Entre las bicicletas
Y las antenas
Veo mi vida pasar.


Más que un padre eres.
Gracias por estar.
¿Te he elegido yo?


Chica y adorable.
Y más, mucho más.
¿Qué me vas a regalar?


Que no falte de na
Chupito aquí.
Salusita que tenguemos.


Hada madrina eres.
Casa interior,
No hablo de diseño.


¿Puede ser que tú seas
La nueva musa
Del chocolate blanco?


Un cupón de emociom
Ay mi cari
Te iba a regalar.


Hacer caja, chack- chack Poom
Volando voy
Copa en mi cabeza.


Mi compi de fiestas.
Una artista
De los pies a la cabeza.


En la puerta estaba
Sólo a ratos
Aunque no trabajaba.


miércoles, 16 de marzo de 2016

Comodín

“Prescincible es, como cuando te invitan a
una fiesta, tú no vas, y a nadie le importa.”

La facilidad para contar conmigo no se debe a que no tenga nada que hacer, a que no tenga vida, si no es con y para ‘vosotros’. Antes al contrario, tengo demasiada vida, quizá. Vida interior y otros tipos de vida. Se debe más bien al excesivo interés y empeño que pongo en ‘vosotros’.

No sabéis la de veces que he dado de lado otros asuntos, y a otras personas, que (ahora lo sé) merecían más mi atención. Pero, iluso de mí, creía que hacía lo ‘correcto’, que había algo mutuo, cuando estaba claro que no era así. Saltaba a la vista, pero yo estaba ciego. Como ciega el ‘amor’. Como ciega idealizar las cosas.

Y cuando por fin te das cuenta de cómo es todo en realidad, cuando abres los ‘ojos’ y ves lo que hay, te duele. Duele y te enfadas. Con todo y con todos. Aunque en realidad te enfadas contigo mismo, que eres el único culpable, el responsable de la decepción que sientes. Por poner demasiadas esperanzas e ilusión en algo, en alguien, que no merece la pena. Nunca la mereció. Nunca la merecerá.

Es entonces cuando comienza tu ‘metamorfosis’, que no es sino un período de transición hasta tu próxima piedra. Porque sabes, estás seguro de ello, que habrá más piedras. La ‘misma’ piedra  con distintas formas. Y es que el envoltorio es lo que cambia en realidad. Pero el fondo es y será siempre el mismo.