lunes, 23 de abril de 2012

Otro velefiqueño en mi memoria

 
Meditabundo. Callado. ¿Instrospectivo? 
La boina calada y bastón en ristre, o sentado a la mesa camilla.

Vencer el “miedo” por ir a verte. Después, tu sonrisa disipa todas las dudas.

“Hay enfermedades que no deberían existir”. Ojos húmedos; recuerdos, cariño, tristeza. Los hombres también lloran. Sentir respeto, sin saber siquiera lo que es aún.

No hay mucho más. Pocas vivencias de las que echar mano, pero también me acuerdo de ti, abuelito Frasco.


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viernes, 13 de abril de 2012

Tengo tantas cosas que decirte...


Tengo tantas cosas que decirte... Siéntate, deja que te mire…

Llamaste mi atención, y desde entonces no me quiero perderme nada tuyo. Trato de mantener mis ojos en ti cada vez que entras en la sala; me pones alerta, nervioso. En cada línea que leo, en cada verso, estás pegada a mí. Y sigo mirando, esperando, anticipando cualquier movimiento.

Porque estás en mi cabeza. Aquellos que no pueden sentir ni ver lo que yo… esos piensan que estoy loco. Y es posible que lo esté. Porque vivo en mi mundo, mi propio mundo.

Lo único cierto es que tú has robado mi corazón, y eso duele de verdad. Has robado mi alma, y ese es un dolor que no puedo soportar.

Imaginándote conmigo… esos serán los mejores recuerdos.